Nos hace felices recordar nuestra niñez, cuando teníamos un mejor amigo al que siempre llevábamos con nosotros, aunque no era muy hablador, nos lo decía todo. Estaba con nosotros en nuestro peores momentos y por supuesto también en los mejores . Y esos tiempos no están tan lejanos, por que cuando nos sucede algo malo, seguro que volvemos a cogerle en brazos y abrazarle para volver a recordar, como era cuando solo jugábamos, saltábamos y reíamos sin pensar en las preocupaciones que te da la vida cuando creces.
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